miércoles, 1 de setiembre de 2010

Regeneración Urbana en Guayaquil

Por: Noé Carbajal, Tito Fernández-Dávila, Raúl Flórez ,Manuel Zubiate.


Las obras realizadas en el Malecón de Guayaquil no solamente lo han transformado en pocos años sino que están actuando como catalizadoras de la renovación urbana en el centro histórico de la ciudad. Medio de Construcción, consciente de la importancia de este hecho urbano tan cerca de nuestras fronteras, de su trascendencia local y de su calidad paradigmática para nuestra realidad, quiere darlo a conocer con la suficiente amplitud, a fin de que nuestras autoridades municipales y regionales y nuestros profesionales aprecien las posibilidades de provocar un desarrollo urbano beneficioso a partir de una intervención estratégicamente localizada, con un órgano de gestión bien concebido, un estímulo a la inversión privada bien conducido y un trabajo técnico enfrentado con calidad, aspectos todos liderados por la municipalidad.

Aquí se presentan los antecedentes generales y el diseño urbano del Malecón 2000. En una segunda entrega nos ocuparemos del impacto urbano provocado, para terminar, en una tercera parte, con la arquitectura de sus principales edificaciones. Debemos destacar que en esta obra ha participado activamente un equipo de arquitectos urbanistas peruanos nominados por la Universidad de Oxford, entidad asesora del proyecto y de su ejecución. Ellos son Noé Carbajal, Raúl Flórez, Manuel Zubiate y Tito Fernández-Dávila. A los tres primeros debemos los textos que presentamos a continuación. El cuarto es residente de obra en la ciudad de Guayaquil. (ACV).


EL DISEÑO URBANO DEL MALECÓN 2000

Las ciudades siempre han liderado el desarrollo de la civilización. Su nacimiento, progreso, transformación y decaimiento ha sido consustancial al avance económico, social, técnico y cultural de la sociedad. En el tercer mundo y desde hace unos 30 años, muchas ciudades han venido sufriendo de un acelerado proceso de abandono de sus centros históricos, debido a que se convierten en lugares excesivamente especializados, con zonas tugurizadas por la presencia del comercio ambulatorio que ha contribuido al alejamiento de los residentes, entre otros hechos.

Contrario a esto, en las periferias de las ciudades hay crecimientos acelerados, sea por iniciativa privada y, en un porcentaje mayor, por la ocupación no planificada del territorio (invasiones) en grandes extensiones que tarde o temprano los gobiernos central y local, con los pocos recursos con que cuentan, tienen que hacer grandes esfuerzos para dotar de infraestructura y servicios.

Este es el primer informe en que se presenta el proyecto del Malecón 2000 en la ciudad de Guayaquil, en la República del Ecuador. Este ofrece la oportunidad de relievar algunos mecanismos para superar el atraso, estancamiento y empobrecimiento de nuestras ciudades. Ello podría contribuir de manera efectiva al desarrollo regional, tema de tanta actualidad para el país.


La ciudad que nos empobrece

La mayoría de las ciudades peruanas fundadas en la colonia, tienen sus centros históricos característicos en franco deterioro o semiabandono. En algunas como Cusco, Arequipa, Trujillo, Cajamarca, Lambayeque, Chachapoyas, Lima y otras pocas más, se lucha por preservar su patrimonio urbano monumental.

Empero, ello es difícil por la naturaleza misma de los procesos en marcha, tales como la excesiva especialización comercial-institucional, la especulación del uso del suelo (coeficiente edificatorio sobredimensionado), la falta de espacio verde para residentes y trabajadores, el congestionado uso de calles y edificios durante la jornada laboral, entre otros.

Los vastos asentamientos humanos circundantes -que crecen explosivamente en amorfas ‘ciudades dormitorio´ sobre terrenos distantes e inapropiados, desligados del núcleo histórico o fundacional- son incapaces de solventar la infraestructura básica y de servicios municipales mínimos; y son ajenos a la vida cultural citadina e integrada.

Este patrón de crecimiento ‘estirado´ y disperso –que abandona el centro tradicional y crece sin estructura- impide capitalizar las inversiones privadas y públicas sobre el espacio urbano preexistente, propicia deseconomías que empobrecen más y más la economía urbana y regional (contaminación, altos costos por grandes distancias viales, de transporte y redes de servicios básicos), debilita la identidad local y el respeto por el otro; y muy grave además, excluye a las mayorías del uso de aquellos espacios públicos con mayor inversión de capital y representatividad.

¿Cómo retomar los espacios públicos semiabandonados o transformar e integrar las vastas areas periféricas en parte indivisible de la ciudad?


La regeneración urbana prometida

En la década de 1970, en varios países europeos se comenzó a promover un enfoque más integral para intervenir en las ciudades y revitalizarlas económica, social y físicamente agregándoles valor. En otros como Gran Bretaña, se abandonó la política de las ‘new towns´ orientando su preocupación por el interior de las ciudades consolidadas. Los usos mixtos y no sólo vivienda, las acciones conjuntas entre los sectores público y privado, proyectos catalizadores estratégicamente seleccionados y ubicados -en vez de planes detallados- y la sostenibilidad económica, social, política de los mismos a lo largo del tiempo y su autofinanciamiento fueron algunas de sus premisas importantes.

Estas fueron plasmadas en los proyectos de St Katherine-Thames (Londres), Temple Bar (Dublín), Berlín-Overhavel, La Ría (Bilbao), Barceloneta (Barcelona), Entrepodock (Amsterdam), Kop Van Zuid (Rotterdam), entre otros. Y en nuestra región, Puerto Madero (Buenos Aires) y Malecón 2000 (Guayaquil). Estos han recuperado exitosamente vastas zonas decadentes o semiabandonadas de la ciudad, beneficiando su identidad, mejorando su economía local y calidad de vida, y elevando su competitividad internacional.

En consecuencia, el Estado ya no tiene un rol preminente en el desarrollo urbano (control y liderazgo) y se libera las iniciativas de los actores urbanos para alcanzar un siempre cambiante objetivo de desarrollo. Los componentes principales son el manejo adecuado del espacio público y la gestión municipal sostenible.

No hay democracia sin espacio publico compartido

La denominación de “ciudadano” se asocia casi normalmente con la de habitante de un pais, o votante, en términos políticos pasando desapercibido que etimológicamente significa personas que viven en las ciudades. El trasvase del término está posiblemente justificado porque en el Perú, por ejemplo, más del 70% de la población vive en ciudades, y que el mundo tiene esa tendencia inexorable que, además, absorbe casi el 90% del consumo.

El espacio público o el dominio público de las ciudades (calles, avenidas, parques y plazas que estructuran y relacionan todos sus barrios, centros de trabajo y viviendas) realiza una importante contribución a la democratización de la sociedad y a la inclusión en el sistema nacional de vastos sectores sociales. Y es que una calle, una plaza, una alameda pueden ser recorridos y “vividos” por un ciudadano indistintamente de su clase social o condición económica, quien a la vez puede apreciar desde allí la mayor parte de los exteriores de las edificaciones, que a pesar de ser privadas, las absorbe como parte natural de “su ciudad” transformando una edificación privada en un uso público.

Una ciudad que mejora su espacio público y lo integra al recorrido funcional de los ciudadanos, constantemente está empujando a todos sus habitantes a una mejor condición. Esta mejora es a su vez muchísimo más económica que la suma de las mejoras de cada familia. Por ello es fundamental el tratamiento del espacio público. Y así lo entienden muchos alcaldes que sumándose en los últimos tiempos a una tendencia general, han realizado importantes inversiones en los espacios públicos centrales de sus ciudades. Desgraciadamente sin un entendimiento cabal del sentido de las reformas, y sin una visión urbanística integral -además de muy baja calidad de diseño- las inversiones más bien han incidido en el sentido inverso, destruyendo el contexto y usando mal los recursos públicos para, finalmente, desprestigiar la idea.

Malecón de Guayaquil: Un Proyecto Catalizador

La ciudad de Guayaquil, con un patrón de crecimiento físico eminentemente horizontal y una población de cerca de 3 millones de habitantes - con problemas similares a otras metrópolis latinoamericanas- no cuenta aún con servicios públicos suficientes y eficaces. Sus escasas áreas verdes por habitante -menos de 1 m2- y el continuo incremento de agentes contaminantes han generado una creciente y alarmante contaminación ambiental; la mínima diferencia del nivel del suelo con respecto al nivel promedio del mar y su deficiente sistema de drenaje la hacen vulnerable a las inundaciones en la época de estiaje.

Reseña histórica

El centro histórico, que desde su fundación (1537) a través del malecón había sido el puerto natural, por el cual entraban y salían los productos hacia los años de 1970 dejó de tener importancia debido a la construcción de un moderno puerto a unos 50 kilómetros hacia el sur, iniciándose un proceso de abandono y deterioro urbano sin una aparente solución. Para 1996 el centro histórico adolecía de problemas tales como: creciente despoblamiento residencial, alta especialización funcional, grandes congestiones vehiculares, déficit de aproximadamente 10 000 espacios de parqueo, estancamiento de la inversión inmobiliaria, creciente inseguridad y delincuencia; suciedad, contaminación ambiental, problemas conocidos por la mayoría de residentes en los centros históricos de muchas ciudades de Latinoamérica. En muy pocos casos se ha logrado revertir esta situación mediante una decidida acción de autoridades y habitantes.

Compartiendo con diversas personalidades la inquietud de cambiar este estado de cosas, el economista Álvaro Guerrero Ferver, presidente ejecutivo del Banco La Previsora en 1996 decide realizar un aporte cívico a la ciudad de Guayaquil por los setenta y cinco años de la institución para lo cual invita a Oxford Brookes University (OBU) de Inglaterra a elaborar el perfil de un proyecto urbanístico para el área del malecón, en proceso de deterioro en esa época. Este perfil de proyecto contendría los lineamientos para que mediante la remodelación y mejoramiento del malecón, generar el impacto necesario para iniciar la regeneración del centro de la ciudad. La presentación y donación de estos estudios se realizaron el mismo año a la Alcaldía en representación de la ciudad.

El siguiente paso fue la creación de la Fundación Malecón 2000 -entidad de derecho privado y sin fines de lucro, conformada por las instituciones públicas y privadas más representativas de la ciudad y presidida por el Alcalde- que recibió el área del malecón en comodato por 99 años y que tendría la responsabilidad de proyectar, ejecutar y administrar el proyecto Malecón 2000, el cual siguiendo los más modernos criterios de perdurabilidad, autosuficiencia y rentabilidad de la inversión buscaría propiciar la revalorización del centro de la ciudad y mejorar la calidad de vida de los guayaquileños. Su presentación y la del anteproyecto ante la opinión pública fueron realizadas en enero de 1997.

Cabe destacar que OBU, seleccionó al “Equipo Residente” que más adelante también asesorarían en el desarrollo del mismo, conformado por urbanistas y arquitectos peruanos, así como sus cotrapartes ingleses. En ese equipo multinacional que elaboró el perfil del proyecto estaban Alberto Fernández–Dávila, Raúl Florez G-R, Noé Carvajal, Mariano Jacobs; y Manuel Zubiate como coordinador en Oxford del equipo residente. Y como gerente de proyecto el ingeniero Gustavo Jacobs M.

Gran parte del equipo residente, había realizado estudios y propuestas de carácter urbano como profesores de la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Artes – UNI. Y conjuntamente con OBU, venía realizando talleres y seminarios Internacionales en Lima (Caquetá, Gamarra, etc.) tenían experiencia en trabajos similares. Por tanto, OBU con su experiencia en otras partes del mundo y las experiencias en Lima fue la entidad ideal para afrontar la responsabilidad de la asesoría.

Visión urbanística y sustentabilidad

La idea fuerza primigenia fue “...crear un gran espacio público destinado para todos los habitantes de Guayaquil, sin distinción de ningún tipo, que restablezca la relación de la ciudad con su río, perdure y se conserve en el tiempo y sirva de percutor para iniciar el proceso de regeneración urbana del centro de la ciudad”.

La finalidad era ´rescatar el potencial turístico, recreacional y comercial del centro histórico de la ciudad de Guayaquil´ (octubre 1997) aprovechando su relación con el río, la isla Santay al frente, los cantones de Durán y Babahoyo y el Golfo de Guayaquil en su conjunto.

El proyecto no era un objetivo en sí, sino el medio para crear el impacto (proyecto bandera) necesario para impulsar la regeneración urbana del centro de la ciudad.

En 1997, el documento del perfil de proyecto señalaba que “...Aprovechando la calidad paisajística del lugar, se crea un agradable recorrido a lo largo de la franja costera que permite tener una experiencia continua del proyecto, el cual incorpora los edificios de valor histórico y simbólico e incluye a su vez los locales y usos más importantes del lugar, respetando los derechos de vista y de situación de las edificaciones actuales del Malecón... Se ha buscado recrear la escena original del lugar incorporando los antiguos esteros en forma de espejos de agua tratada y los antiguos servicios, tal como el tren que comunicaba a Guayaquil con el resto del país, convirtiéndolo en un museo. La relación con el río se ve reforzada por medio de una serie de embarcaderos y miradores... Preocupación muy importante fue lograr una buena seguridad y control para lo cual se ha previsto un enrejado perimetral con portones de acceso, que contiene asimismo servicios higiénicos, servicios de información y seguridad y circuito cerrado de TV. El proyecto contiene facilidades de parqueos para más de mil vehículos” (octubre 1997, pg 13).

Los lineamientos programáticos fueron: a) empezar a resolver los múltiples problemas del centro de la ciudad, b) obtener ingresos suficientes para mantener el Malecón 2000 sin depender de asignaciones públicas, c) crear una inversión de magnitud mínima necesaria para impactar positivamente en los alrededores, d) relievar los monumentos históricos existentes recuperando parte de la memoria urbana perdida y e) revalorizar la relación de la ciudad con el río.

Para ello se establecieron limitaciones muy claras y precisas:

· A nivel territorial: aún sabiendo que el proyecto debía propiciar la regeneración urbana del centro, se limitó su territorio hasta el bordillo este de la Av. Simón Bolívar.

· A nivel reglamentario: se estableció que las futuras edificaciones en él, no sobrepasasen la altura de las copas de los árboles a fin de no interferir con las vista de las propiedades con frente a la Av. Simón Bolívar; y el área total de implantación comercial no debía exceder el 20% del área construida total.

· A nivel temporal: se estableció el año 2000 como una clara meta temporal para tener inaugurado la mayor parte del proyecto.

Algunas consideraciones de diseño urbano

¿Cómo enfrentar el diseño de la heterogeneidad de usos y el tránsito vehicular en una franja irregular de alrededor de 2.500ml. de largo para garantizar las actividades propias de un gran paseo recreacional?

El Malecón Simón Bolívar no era una superficie verde continua ni regular: su ancho se reducía al sur (15ml.) o se ampliaba al norte (50ml.); había 3 clubes insertos (La Unión al sur, Yatch Club de la Marina y Guayaquil Yatch Club al centro), las instalaciones del antiguo ferrocarril y locales de la Universidad Politécnica al norte y un mercado de abastos al sur; más del 50% de su longitud era usada para estacionar vehículos durante el día (800 autos); y un tránsito vehicular intenso (transporte público y privado) de 4.000veh/hora en la zona norte.

A partir del diagnóstico preliminar de 1996, parecía conveniente disponer de una plaza mayor que la ciudad nunca tuvo, incrementar significativamente el area verde y libre para paliar el déficit de 0,9m2/hab. y construir locales de renta alrededor (comercio y parqueo) que solventasen los gastos de mantenimiento para las 10 hectáreas adicionales.

Habilitación del parque

Contrario a lo que generalmente se permite, dada la inalienabilidad e intangiblidad de los parques, se optó por construir -en parte del mismo parque- sobre el area ganada al río. Adicionalmente, al proponer el uso irrestricto de los techos de las edificaciones comerciales, se incrementó el area libre para uso y goce del público.

Sin embargo, al construir hasta 9ml. de altura, era casi inevitable obstruir visualmente las perspectivas de varias calles hacia el río Guayas. Ello se resolvió, subdividiendo el ‘Centro Comercial Bahía Malecón´ (500ml. de largo) en 3 tramos, cuyas articulaciones (ingresos) tuviesen libre visibilidad, desde el río y desde las calles de la ciudad.

Longitud del recorrido

La forma alargada e irregular del parque obligaba a un recorrido peatonal en sentido longitudinal. Pero ¿cómo evitar el natural aburrimiento o cansancio visual a lo largo de los 2.500ml? El Mercado Sur, Club de la Unión, Paseo de las Colonias, Yatch Club de la Marina, Guayaquil Yatch Club eran hitos fundamentales para atenuar la distancia. Aún así, quedaba más del 50% del parque en la zona norte que apenas contenía piletas y bancas. Fue fundamental entonces la inclusión del nuevo Centro Comercial Bahía Malecón, la Plaza Mayor, el jardín botánico y el museo del Banco Central, vertebrados a través de senderos, juegos de niños y terrazas sobre el río para hacer más amigable y diverso el recorrido longitudinal.

Además se estableció una cadencia de recorrido, en parte aprovechando los paraderos de los buses cada 300ml. -lo cual ayudaba a organizar el tránsito y generaba portones de ingreso visualmente muy claros, con el equipamiento de servicios indispensable; y en parte a través del ordenamiento del mobiliario urbano (piletas, esculturas y árboles adicionales) -inscritos en una poderosa trama reticular en el piso (ladrillos y piedra).

Manejo de la normatividad

Definidos los edificios y servicios correspondientes, recién se establecieron los mecanismos de implementación necesarios (normas de usos, ratios de servicio, etc). Ello garantizaría que el proyecto fuese plasmado en su plenitud en el corto plazo y, aseguraría que se mantuviese intactas sus características en el mediano y largo plazos.

El uso de las azoteas del centro comercial, parqueos, locales de comida y del Museo de Arte (en parte) dio mayor flexibilidad a la restricción del 20% construible del area total del Malecón -en vista que sus techos quedaban en el dominio público- garantizando la apropiación social del espacio por los usuarios

Modelo de Gestión

Basado en experiencias exitosas en otras latitudes (Barcelona, Buenos Aires, Bilbao, etc.), el modelo de gestión de Malecón 2000 se fundamenta en una entidad privada sin fines de lucro en la que participan las instituciones más reconocidas y exitosas de la sociedad, a la que se le transfiere en un convenio de comodato por 99 años, los terrenos del Malecón para que en ellos desarrolle y administre el proyecto. Para que el sistema opere óptimamente, dicha institución cuenta, adicionalmente a su Directorio, con una Comisión Ejecutiva, nombrada por éste, con un razonable nivel de decisión que le permite a través de reuniones semanales desarrollar, ejecutar y administrar el proyecto de la forma más eficiente, económica y rápida posible.

Recursos humanos

Desarrollar en corto plazo un proyecto como Malecón 2000 exige contar con un equipo profesional reducido, competente y muy coordinado; para lo cual la Fundación Malecón 2000 contrató, luego de un minucioso proceso de selección, a un equipo de jóvenes y talentosos profesionales que con la asesoría de Oxford Brookes University desarrollaron todo el proyecto.

Es importante relievar que el equipo de diseño está formado por arquitectos, paisajistas, diseñadores e ingenieros de las diversas especialidades que laboran conjuntamente dentro de las instalaciones de la FM2000, lo cual permite grandes ahorros de tiempo en las múltiples coordinaciones entre ellos.

La selección de las empresas constructoras se realizó entre las más reputadas y solventes del país y cada etapa se concursó entre el grupo de ellas previamente seleccionado. Cabe mencionar también que se dividió, debido a lo especializado del trabajo, la cimentación y pilotaje de las demás obras civiles. En muchos de los casos la Fundación Malecón 2000 proporcionó los materiales de acabado lo cual trajo un considerable ahorro económico.

Esquema de financiamiento

Se debe distinguir dos aspectos en la parte financiera del Malecón 2000:

a) Los recursos para ejecutarlo

Existen dos tipos de espacios en el Malecón, aquellos contribuyentes al pago de su edificación y aquellos no contribuyentes. Para lo primeros la forma de financiación es a través de créditos con el sistema financiero (Centro Comercial Malecón) y/o a través de concesiones (Museo del Banco Central y futuros Hotel y Centro de Entretenimiento). Para los segundos los fondos se obtienen a través de las donaciones provenientes de la ley 26 que permite donar hasta el 25% del impuesto a la renta causado.

b) Los recursos para mantenerlo

Las áreas rentadas permiten obtener los recursos para mantener el Malecón 2000 en óptimas condiciones. Desde un inicio se calculó el programa concesionable teniendo en cuenta este objetivo. Un proyecto que no obtenga recursos para su mantenimiento está condenado al fracaso.

Descripción del proyecto

Malecón 2000 se desarrolló sobre una extensión de 2.5 Km. de largo y un área de 20 Has. (faltan 6 Has por construir), desde el antiguo Mercado Sur, hasta el histórico Barrio Las Peñas por el Norte. La superficie del mismo se incrementó de 7 a 14 Has. el doble de su área original, contribuyendo a mejorar la cantidad de área libre que actualmente está muy por debajo de los índices internacionales y nacionales recomendados. Se mejoró el sistema de evacuación de aguas de lluvias en su área de influencia como el sistema de protección ante las crecidas del río Guayas.

Para generar mayor área de uso, se tuvo que construir plataformas sobre pilotes pese a su mayor costo. El río discurre debajo manteniéndose su flujo natural. Se descartó el sistema de tablestacado y relleno ya que los estudios de impacto ambiental, indicaban que para dragar el material de relleno se debía remover lechos de río con el consiguiente peligro de contaminar las extensas áreas de criaderos de camarones que existen hacia el sur en el Golfo.

El Proyecto cuenta con cerca de 2,000 espacios de parqueo techados que disminuyen el déficit existente en el área central de Guayaquil. Está provisto de los más modernos sistemas de control, vigilancia e información, así como de todas las facilidades necesarias que garanticen un adecuado y eficiente mantenimiento que hace de este lugar uno de los más seguros e higiénicos espacios públicos de la ciudad.

El área techada total es de aproximadamente 130,000 m2 con una implantación de alrededor del 20% del área total del Malecón garantizando así su condición de gran parque urbano. Asimismo las edificaciones no sobrepasan la altura de los árboles actuales respetando de esta manera la condición de primera fila de los actuales solares del Malecón.

Se buscó dar variedad al largo recorrido de 2,500 metros definiendo zonas con diferentes caracteres, formas y funciones. Estas fueron concebidas en torno a facilidades ya existentes en los alrededores las cuales fueron potenciadas o minimizadas según una evaluación realizada. Así cada zona contiene funciones tipo ancla y facilidades complementarias que podemos describir de la siguiente manera:

1. El Sector Sur, (5 Has), desarrollado alrededor de lo que fuera un mercado informal altamente contaminante. Las funciones principales son un Centro Comercial constituido por cuatro Galerías (de 250 locales) que incluye en su terraza de un conjunto de restaurantes con vista al río como también un importante Centro de Eventos albergado en el antiguo Mercado Sur, integralmente restaurado, (y finalmente escogido el 2002 como sede de la cita de presidentes latinoamericanos a la que asistió el presidente Toledo). Se complementa facilidades recreativas tales como un embarcadero público, laguna para botes, paseos, área de juegos infantiles, Plaza Olmedo rediseñada, un Centro Artesanal y Venta de Flores y 400 estacionamientos techados.

2. El Sector Centro, (3 Has.) concebido y usado como Plaza Cívica de la Ciudad ya que está ubicado frente a la Municipalidad y a la Gobernación del Guayas, las intervenciones enmarcan el monumento mas simbólico de Guayaquil: la Rotonda (homenaje al encuentro entre San Martín y Bolívar, en 1820) y la histórica Torre del Reloj ambos debidamente restaurados; se complementa en sus espacios públicos con pequeños anfiteatros para presentación de espectáculos al aire libre, salas de exposiciones y 150 estacionamientos techados.

3. El Sector Norte, (6 Has.) área cultural y de recreación. Colinda con el histórico pero tugurizado Barrio Las Peñas, (una colina que se aprecia en las fotos con una población equivalente a nuestro San Cosme). Las intervenciones han recuperado valor al barrio e impulsado su regeneración. Contiene básicamente al nuevo Museo de Antropología y Arte Contemporáneo del Ecuador (MAAC) y una extensa área Jardín botánico con la flora de toda la costa Ecuatoriana. También alberga facilidades urbanas tales como un restaurante, paseos, esteros artificiales y embarcaderos; esta planificado un centro de entretenimiento y un apart hotel (próximos a ser construidos) y cerca de 700 estacionamientos.

Logros y fortalezas actuales

Gran aceptación ciudadana

Las periódicas encuestas realizadas en el público de Guayaquil mostraron siempre un enorme respaldo, actualmente cercano al 98%, considerándolo altamente beneficioso para la ciudad y como una obra que cambió la imagen de la urbe, creando nuevas fuentes de trabajo, propiciando el turismo nacional e internacional, etc.

Respaldo político e institucional

El decidido respaldo y apoyo de la Municipalidad de Guayaquil y los diversos organismos representativos de la ciudad – representados en el Directorio de la Fundación Malecón 2000 – permitieron que se cumpla con los plazos establecidos.

Aporte ciudadano

Si bien es cierto que parte de los fondos para la construcción vinieron del sector privado (CAF), el resto vino de una gran cantidad de empresas e individuos –más de 50,000- que voluntariamente derivaron el 25% del impuesto al movimiento de sus capitales, a la obra, también muestran un gran apoyo e identificación con el proyecto. El excedente se está destinando a la remodelación del casco central (100 manzanas) y construcción del nuevo Malecón del Salado. Todas las ciudades del ecuador pueden y están aplicando a este nuevo sistema de captación de fondos para obras similares.

Realismo y flexibilidad

La inauguración paulatina y por etapas creó conciencia en la población de que no solo es posible cambiar un fragmento de su ciudad sino lo más importante aún: este cambio puede ser replicado en otras áreas de la misma.

Uso público libre e irrestricto

La condición de gran parque urbano abierto gratuitamente para todos, propicia la apropiación colectiva del proyecto. Cambiar la idiosincrasia de “...por ser de todos es de nadie...” en “...por ser de todos es mío...” ayuda al cuidado del Malecón y se hace extensivo a la ciudad en su conjunto.

Eficaz dirección y ejecución del proyecto

Un equipo multidisciplinario altamente competente y profesional, garantiza la ejecución del proyecto en un plazo sumamente corto y con niveles de inversión bastante reducidos a escala nacional e internacional.

Expectativas y nuevas oportunidades

Existencia de lotes disponibles en calles adyacentes

Las calles adyacentes ofrecen entre 7 y 15 hectáreas para usos complementarios que garanticen la ocupación del Centro de Guayaquil la mayor cantidad de horas del día. El desarrollo de proyectos de vivienda esta en proceso de recuperación.

Generación de empleo

Tanto durante el diseño y construcción como durante la operación del Malecón se genera una importante cantidad de empleos tanto directos como indirectos que actúan como desencadenantes en la actividad económica del centro de la ciudad.

Ordenamiento de zonas adyacentes

Los recientes cambios en la zona de la Bahía (similar a “Mesa Redonda” en Lima) propiciados por la Municipalidad y con la aceptación de los comerciantes, nos muestran que es factible ordenar la ciudad a través de reglas fijas y claras, utilizando los proyectos urbanos tales como Malecón 2000 a manera de generadores del cambio.

Ordenamiento del tránsito

Un adecuado empleo de señales y semáforos sincro nizados en los puntos de acceso al Malecón propicia el ordenamiento del transporte público y una importante oferta de parqueo hace lo propio con el transporte privado.

Posibilidad de cambio en otras áreas de la ciudad

Al igual que otros proyectos de Regeneración Urbana en el mundo, Malecón 2000 fue el generador de la remodelación de otras áreas de la ciudad (cerro Santa Ana, Barrio del Centenario, el centro financiero, el malecón del Estero Salado), y otros actualmente en proceso de estudio (Cerro El Carmen, Barrio Las Peñas, etc.)

Recuperación de la credibilidad Institucional

Lograr ejecutar un proyecto de la naturaleza y complejidad del Malecón 2000 en un plazo tan breve y en medio de las circunstancias por las que atravesó el Ecuador en los últimos años, connota eficiencia y capacidad de gerencia de la esfera privada actuando en el ámbito público. La Municipalidad de Guayaquil actualmente tiene un grado de aceptación ciudadana muy alto, así como las instituciones que están representadas en el directorio de la Fundación Malecón 2000.

Trascendencia e impacto nacional

Actualmente varias ciudades han tomado como ejemplo a Guayaquil y están elaborando proyectos de regeneración urbana (Salinas, Quito, Santo Domingo de los Colorados, etc.).

Lecciones aprendidas

Malecón 2000 viene cumpliendo ampliamente los objetivos trazados en sus inicios y materializa una de las más grandes aspiraciones de la gran mayoría de guayaquileños. Cerca de 45 millones de visitantes desde la inauguración de su primera etapa en Octubre de 1999 y 98% de aprobación ciudadana, así lo atestiguan. Una obra de semejante envergadura y complejidad sólo pudo ser realizada en tan corto tiempo porque se estableció un adecuado modelo de gestión, se siguió un proceso de toma de decisiones muy exitoso, se diseñó a partir de un proyecto sustentable, se reclutó recursos humanos muy calificados del Ecuador y sudamérica y, finalmente, se logró el financiamiento necesario.

El caso revisado es ilustrativo para el conjunto de actores sociales. Así, los usuarios y residentes se sienten orgullosos por el proyecto, han mejorado su calidad de vida -sea porque se ha generado empleo o porque disponen de ambientes para descanso y paseo- con vastas áreas verdes y mayor seguridad para ellos y la ciudad ante los reflujos del río.

Los técnicos profesionales reconocen que el Malecón incorporó conceptos y soluciones técnicas apropiadas, que contribuyeron a realizar con su participación y conocimiento. Asimismo, los políticos y administradores, están recibiendo el respaldo popular y privado, constatan el importante rol promotor de la Municipalidad y la trascendencia del proyecto en todo el país, todo lo cual les plantea agendas de trabajo muy concretas para el futuro en todas las ciudades del Ecuador. Aprecian además las ventajas de haber conciliado los diversos intereses de actores sociales a través la imagen-objetivo inicial y que el respaldo popular y privado se consigue mediante proyectos exitosos técnicamente, contractual y contablemente transparentes En cuanto a los empresarios y banqueros, resulta evidente las nuevas oportunidades de inversión, el incremento de rentabilidad en sus negocios y, muy importante además, que es posible conciliar la inversión privada con el beneficio público (vgr: que la rentabilidad privada asegura el éxito de los proyectos que busquen el bien común).

Finalmente , para los planificadores, urbanistas y académicos en general, se constataría la validez de una planificación urbana a través de proyectos catalizadores y que, su sostenibilidad dependerá en gran medida de la alianza público-privada. Es más, en obras como ésta, se confirma que los proyectos deben generar cultura urbanística contemporánea a partir de la incorporación del sentido de la historia en su concepción y diseño; que los proyectos urbanísticos pueden desencadenar el desarrollo urbano integral y la mejora de calidad de vida; que la programación urbanística se deriva de los estudios de mercado y los sondeos de opinión y no de la inspiración de arquitectos; y, que es necesario tener una idea de ciudad (proyecto urbanístico como imagen-objetivo) que debe anteceder y condicionar la naturaleza de los instrumentos de implementación y las norma urbanísticas como la zonificación, entre otros.

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